miércoles, 3 de julio de 2013

Begur recuerda a Carmen Amaya

Desde el 15 de junio de este año y hasta el próximo mayo de 2014, la bella localidad gerundense de Begur recordará con una exposición y una serie de actos a la genial Carmen Amaya. La inolvidable bailaora murió el 19 de noviembre de 1963 en su casa de Mas d'en Pic, en Begur. Tenía 50 años y estaba arruinada. 

Imagen de Carmen Amaya en la que se aprecia su indiscutible talento
Redacción

Carmen Amaya murió a las nueve y cinco minutos de la mañana del 19 de noviembre de 1963 en su humilde casa de Mas d'en Pic, en Begur. Julio Ubiña (Santander, 1957-Barcelona, ​​1998), amigo del esposo de la bailaora, fue el único fotógrafo que pudo entrar en su dormitorio, el único, por tanto, que la retrató en el lecho de muerte. Son unas imágenes que fastidian el alma de quien las mira con frialdad, porque además se intuye que reina un falso silencio: al otro lado de aquella miserable habitación, y un poco más allá, en las calles del pueblo, masas de gitanos llegados de todas partes lloraban la muerte de su diosa, a la que usurparon las pertenencias (vestidos, guitarras, vírgenes y un collar de perlas) mientras la enterraban. No quedó ni el colchón de su cama. Pero poca cosa había en aquella destartalada masía. Carmen Amaya, la Capitana, la mejor bailarina de flamenco de todos los tiempos que había triunfado en todo el mundo, estaba totalmente arruinada.

Ubiña acabó dando los negativos de aquellas fotografías a Colita, que exceptuando el día de la muerte, había seguido a la bailaora, "como una garrapata", los últimos seis meses de su vida, desde que aterrizó en el aeropuerto El Prat, procedente de México, para rodar Los tarantos, de Francisco Rovira Beleta. Con el material de Ubiña y el suyo propio, la fotógrafa publicó un libro, Carmen Amaya 1963, que ahora se ha reeditado con un texto inédito, hermoso y cautivador, de Ana María Moix. Un libro que sirve a la vez de catálogo de la exposición que se presenta en La Virreina Centro de la Imagen, en el Año Amaya, donde luce sólo una selección de las imágenes, cerca de una cincuentena, más que suficientes para salir de la sala con piel de gallina.
La casa de Amaya, en Begur
La imagen que abre la muestra es, justamente, la de la Capitana bajando del avión, con gafas de sol y un abrigo de cuello alto que le cubría prácticamente todo el rostro. Era muy friolera-en pleno agosto no se despegaba de la chimenea de Mas d'en Pic-, pero lo cierto es que ya estaba muy enferma, padecía una insuficiencia renal que, gracias al baile, había controlado durante mucho tiempo, un tiempo extra de vida, "eliminaba las toxinas a través del sudor, sin el baile, habría muerto veinte años antes", explica Colita, que aún se emociona evocando la primera vez que la vio bailar, el bar Las Guapas, en una pausa del rodaje de Los tarantos: "Fue brutal y acabamos todos llorando."

Estaba tan extasiada que no pudo hacer ninguna fotografía de ese momento, pero sí de muchos otros de la filmación, que ahora llenan el espacio de la Virreina. Después, la joven Colita-tenía 22 años-, acompañaría al genio del Somorrostro en su refugio de Begur aquel último verano, el del 1963. Vivió de cerca el ocaso de la bailaora, que no tenía prácticamente nada ni para comer, a lo sumo cuatro patatas, eso sí, fumaba una barbaridad-hasta cuatro paquetes al día-y bebía más de 14 cafés.  "No tenía nada pero era muy generosa, su casa era la casa de todos. Nunca la oí que se quejara, ni de la enfermedad ni de su ruina. Siempre serena, nunca hizo ningún drama. Que murió con muy poco? Nunca le importó el dinero, lo daba todo a los suyos. El presidente Roosevelt le regaló una chaqueta con diamantes incrustados y ella los repartió entre las mujeres de la compañía. "Era así, no iba de estrella, no era una Pantoja", exclama Colita, y recuerda también la última actuación que hizo, en Begur, sin cobrar, para ayudar a recaudar dinero para el alumbrado del castillo. Su cuerpo ya era muy frágil y no pudo terminar de bailar.


Escultura de la bailaora en el pueblo que la acogió en sus últimos años, Begur (Costa Brava)
Una mujer muy generosa, que se desvivía por los demás, según Colita, pero que una vez muerta, no recibió el respeto que tanto se merecía, ni desde su propio entorno. Y eso a la fotógrafa que la acompañó en sus últimos momentos, le duele mucho. "Ella quiso ser enterrada en Begur, pero al cabo de pocos años, su marido se la llevó al panteón de su familia en Santander. En Begur quedó el agujero, terrible agujero, y Colita, que batalló durante toda la vida por la figura de Carmen Amaya, lo cubrió con una lápida digna. "La muerte definitiva es el olvido. Y yo no puedo olvidarla ", concluye.

Lugar: Sala d'Exposicions Municipal 

Horarios de visita: 
Julio y Agosto: de lunes a sábado de 18 a 21h. 
Resto del año: jueves de 17 a 20h. - viernes y sábados de 16 a 20h. 
Teléfono:972 624 155 
http://www.begur.cat 

http://www.salamunicipalexposicionsbegur.blogspot.com/
cultura@begur.cat 
Del 15 de junio 2013 hasta Mayo 2014 

En homenaje a Carmen Amaya, el Area de Cultura ha programado también 
los actos siguientes: 

- Charla sobre Carmen Amaya a cargo de Mario Bois. 2 de agosto a les 19:30h. en la Sala de plens del Ayuntamiento
- Espectáculo flamenco: "Juerga gitana. Homenatge a Carmen Amaya".
 16 y 17 de agosto, a les 22:30h., en el pati de les Escoles Velles.
-Visitas guiadas: "El Begur de Carmen Amaya". 9 y 23 de agosot, a les 19:30h. y 28 de setiembre a las 11h.
-Proyección de la película "Los Tarantos" 
- 1 de noviembre a las 22h. En el Cinema Casin
o 

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